domingo, 22 de mayo de 2011

contagiar la risa




Disfrutamos más del humor cuando lo compartimos, especialmente con personas queridas con las que tenemos una cierta complicidad. Y es uno de los mejores regalos que podemos hacer a los demás, especialmente en tiempos de crisis.
Por lo tanto, a medida que vas poniendo en práctica este Plan de Rescate ¿por qué no ir compartiendo tu risa con los demás? Envía lo que más gracia te haga por email a tus listas de correo, comienza tus reuniones de trabajo con álgun chiste   sobre la crisis (o dedica una reunión especial a este tema), queda con tus amigos para echarte unas risas... Y sobre todo: ¡recomienda nuestro plan de rescate!
En general, te sugerimos que cuides tus relaciones sociales, que son una importante ayuda en momentos difíciles y nos ayudan a desdramatizar la realidad y a animarnos. Muchas veces, cuando un problema nos angustia, basta juntarse con un buen amigo para ver el lado absurdo y empezar a reírse de él. La psicología positiba está comprobando que las personas con más y mejores amigos, con una pareja estable y con una red social más robusta, son más felices e incluso gozan de mejor salud. 


Se han encontrado nuevas pruebas que confirman el poder contagioso de la risa. Así pues, y al margen de los estudios que se hayan podido realizar, ¿Quién no ha experimentado en alguna ocasión, cómo cuando una persona empieza a reír, el resto del grupo se contagia y hacen lo mismo, aunque no sepan de qué se ríen ni por qué?
Los científicos lo explican atribuyendo esta reacción a que contamos con un cerebro preparado para las relaciones sociales, un cerebro que nos asegura las bases biológicas que favorecen la interacción y la empatía.







Cuando estamos en compañía de gente alegre y risueña, nos sentimos contentos y con ganas de reír. Esto sucede porque cuando percibimos un ambiente alegre o una expresión de la cara sonriente, se activan unas células nerviosas llamadas "neurona espejo" que nos impulsa a sonreír.
Se denomina "neuronas espejo" a una clase de neuronas que se activan cuando una persona o animal ejecutan la misma actividad que está observando hacer a otra persona o animal. Son neuronas que se activan al ver realizar una acción.
Las neuronas de la persona imitan como un acto reflejo lo que el otro realiza. Así pues, quien observa está realizando la acción de la persona que está observando, por ello se denomina "espejo".
Estas neuronas desempeñan un importante papel dentro de las capacidades cognitivas unidas a la vida social, como la imitación y la empatía, definida esta última como la capacidad para ponerse en el lugar del otro.
Gracias a estas neuronas, junto con otros factores, se originan los procesos de identificación fundamentales para que los padres y personas allegadas a los niños, transmitan a los pequeños sus propias rasgos y caracteres. Esto se refleja claramente en los bebés, que tienden a devolver la sonrisa a quienes les sonríen.






Existe una tendencia natural, en la mayoría de las personas, a buscar un ambiente en el que se puedan sentir más contentas y alegres. Esto se debe al contagio de las emociones positivas, a como nos afecta el ambiente en el que nos encontremos y como nos predispone a un mejor estado de ánimo y a una mayor alegría.
Desde hace siglos existen numerosas corrientes filosóficas que conocen la importancia de la risa y los beneficios que esta aporta, promoviéndola de forma práctica. Desde la antigüedad en algunas culturas y civilizaciones se hacían reuniones para practicar la risa, con el fin de beneficiarse de su poder terapéutico y equilibrar la salud.
Hay que tener en cuenta, que las emociones negativas también se contagian, por lo que es aconsejable huir o distanciarse de quienes nos las transmitan.






Podemos definir la risoterapia como la curación por medio de la risa. Esta técnica se basa en la capacidad de contagio que tiene la risa, utilizando este contagio en terapias de grupo.  Existen algunas teorías médicas que atribuyen a la risa efectos beneficiosos para la salud y el bienestar. Cada vez son más lo estudios que reivindican el poder terapéutico de la risa y las emociones positivas.
 

Existen escuelas y talleres de risoterapia donde se enseña a reír utilizando técnicas que ayudan a liberar tensiones y así poder llegar a la carcajada. Entre ellas: la expresión corporal, el juego, la danza, ejercicios de respiración, masajes... se trata de técnicas para reír de manera sana y natural, que salga del corazón, de la alegría de vivir, como le sucede a los niños.
La risa sincera, la carcajada, aporta numerosos beneficios: rejuvenece, elimina estrés, tensiones, depresión, ansiedad, nos llena de energía y nos ayuda a tener una visión más optimista de las cosas. Esto se debe a que al reír liberamos endorfinas, las llamadas hormonas de la felicidad, que son las responsables, en gran parte, de la sensación de bienestar y satisfacción que experimentamos con la risa.
Por ello, es fundamental procurar reír y buscar un ambiente y entorno que nos contagie la risa. Está demostrado que tras una sesión más o menos larga de risoterapia, las personas se sienten plenas, relajadas, con energía, alegres.
En definitiva, la risa nos aporta grandes beneficios y un sinfín de sentimientos positivos.









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